miércoles, 4 de octubre de 2017

El aburrimiento

¿Nos has sentido a veces que te aburres? 

¿Cómo puede ser eso? Tenemos todo a la mano para entretenernos y, sin embargo, mucha gente dice simplemente, sobre todo jóvenes y niños: ¡Me aburro! La palabra aburrimiento no debería existir. ¡Con todas las cosas que hay que hacer! Y no me refiero sólo a las obligatorias sino también a las opcionales, aquellas que desarrollan nuestra vocación, esa de la que hablé en el post anterior.
Pintar, cantar, bailar, escribir, leer, componer, tocar algún instrumento, hacer ejercicio físico... la lista es innumerable, a parte de que Internet es un mundo abierto a cualquier cosa (siempre que la utilicemos bien).
Entonces, ¿cómo puede existir todavía la palabra aburrimiento? En el siglo XV, por ejemplo, no se hablaba del aburrimiento; y ese sí era un siglo aburrido. Además de que no existían todos los medios de entretenimiento que ahora tenemos. 
Imaginemos la vida de una mujer que debía permanecer en casa cosiendo o realizando las tareas del hogar, siendo su único entretenimiento ir a misa, o asistir a las ejecuciones públicas. Eso las pobres; las mujeres ricas que no hacían tareas de la casa ni podían ir a espectáculos como las ejecuciones, vivían mucho más aburridas... Me pregunto ¿qué hacían? ¿Tocar el piano? Y la vida de los hombres no era mucho más divertida, aunque sí un poco más que la de las mujeres.
Pensemos que en el siglo XVII, Miguel de Cervantes escribió las más de 1000 páginas del Quijote A MANO. ¡Eso sí que es aburrido! Eso es lo que yo llamo constancia 😅
Me pregunto si aburrimiento no será un sinónimo de ser vago. Cuando decimos, me aburro, hay muchas cosas que podemos hacer para no sentirnos así, pero nos da pereza y flojera hacerlas. Es más fácil decir que nos aburrimos.
Yo también digo me aburro, muchas veces, y muchas de esas veces me siento culpable por decirlo.
Así que la próxima vez que sientas que el aburrimiento se apodera de ti, sacúdetelo y piensa en todos aquellos que vivían con menos entretenimientos y, sin embargo, nunca utilizaron la palabra aburrimiento. O en todos aquellos que en la actualidad están postrados en una cama viendo pasar los minutos, las horas y los días sin poder entretenerse con nada a causa de su enfermedad y que sufren un aburrimiento forzoso.