miércoles, 4 de julio de 2018

¿Qué hay de la separación entre buenos y malos? ¿Cielo e infierno?


Tal como prometí, voy a reflexionar sobre la separación entre buenos y malos. El cielo y el infierno.

Quizá sea porque así me lo han enseñado, pero yo SÍ creo que haya una separación entre buenos y malos al final de nuestra vida. Un lugar en donde las almas aprendan de los errores que cometieron en vida, y de los cuales no se llegaron a arrepentir. Y un lugar en el que “se premie” a los buenos.

No sé si el cielo y el infierno es un lugar temporal- hasta que aprendamos del error, en el caso del infierno; o hasta que nos reciclemos en otra vida (eso para los que creen en la reencarnación) en el caso del cielo- o si es un lugar permanente: si llegas al cielo ya has cumplido con tu meta, y te quedas ahí para disfrutar de una vida plena y de ensueño.

No sé si me estoy explicando bien (probablemente no) porque para mí este es un tema extremadamente complicado de tratar.

Otra cuestión que me surge en la cabeza es en dónde se encuentran el cielo y el infierno. En cuanto a ambos tengo un par de teorías, quizá imaginativas, quizá descabelladas.

Las expongo, y ya los que me lean deciden después si estoy loca o no 😉 y me comentan.

Creo que el cielo está en algún lugar del Universo; hay mucho espacio en ese vasto espacio, valga la redundancia.

En cuanto al infierno, creo que está aquí en La Tierra, en el núcleo de nuestro planeta. El núcleo de la tierra es extremadamente caliente e infernal. Hasta los antiguos griegos y romanos creían que Hades vivía en el inframundo que, como su nombre indica, se encontraba debajo de nuestro suelo. En inglés, una de las formas para decir infierno- aparte de “hell”- es “underworld” literalmente “mundo de abajo”; quizá por eso algunas de mis series favoritas, como Embrujadas, han representado al infierno debajo del suelo que pisamos. ¿A que ahora ya no miras de la misma forma el suelo que pisas?

Lo sé: tengo ideas muy raras. Pero el pensamiento y la imaginación son libres, ¿no? Y tampoco digo que sea así, sólo es una teoría de las tantas posibles.

Mi otra teoría es que no existen cielos ni infiernos, que todo está aquí, durante nuestra vida. Nuestra existencia puede ser un autentico infierno o un paraíso terrenal, todo depende de nuestra actitud, como enfoquemos las cosas y también, por desgracia, lo que nos toque en suerte. Quizá cuando Jesús decía que los que lo siguieran conocerían el reino de los cielos, no se estaba refiriendo “al después” si no a que nuestra vida podría ser feliz como un reino celestial si poníamos en práctica sus ideas de misericordia, paz, justicia y bondad. Quizá no haya que esperar a partir.

De todas formas, para mí es más bonito pensar que el cielo existe, en algún lugar de ese vasto Universo, y que ahí van las almas buenas a vivir en plenitud. Aunque ahí llego a otro debate. ¿Qué es la plenitud? ¿Cómo va a existir un paraíso para todos, si lo que para mí puede ser un paraíso para otra persona puede no serlo? ¿Qué es el Paraíso? ¿Y qué es el infierno? No quiero que esta entrada se haga más extensa. La próxima semana responderé a esa cuestión.