Dios es para mi un ente sin cara,
sin forma, que está en todas partes y a la vez en ningún sitio. Si leíste mi
entrada de la “Caja de Zapatos” entenderás
si digo que para mi Dios es el que sostiene la caja en sus manos, el dueño de
la caja.
Dios es el infinito del universo
o quizá sea él el propio universo.
Pero estando en esta condición
vive tan alejado de nosotros que intenta acercarse a nuestra condición humana
adoptando formas más cercanas a nuestro estado de seres finitos. Creo que Jesucristo
es una de esas formas humanas, más cercanas a nosotros. ¿Pero qué hizo el ser
humano? Juzgarlo, condenarlo y clavarlo en una cruz.
Dios es el que designó que el sol
saliera y se pusiera todos los días, el que creó al hombre y a la mujer, los
animales, y estableció todas las cosas… Él estableció un orden cósmico… Nosotros
creemos entender los designios de Dios, pero sólo lo hemos malinterpretado
todo. Todas las religiones, en nuestro afán de comprenderlo, lo hemos malinterpretado.
Dios no es humano, pero si lo
fuera creo que sería mujer. La mujer da a luz, tiene sentido que si Dios es el
creador de todo, el que dio luz a todo,
sea mujer.
Dios no tiene materia, pero si la
tuviera creo que sería agua, de el agua nace todo, e incluso cuando los bebés
están en la barriga de su madre están en el líquido amniótico.
A veces dudo y pienso que Dios no
existe. Pero esa duda sólo permanece un instante, tras esa duda inicial pienso
que el sol se pondrá hoy y volverá a salir mañana, hará su recorrido por el cielo,
y otra vez a empezar; la Luna girará alrededor de la Tierra provocando las
mareas y manteniendo al mar y a la Tierra en equilibro perfecto; la Tierra girará
alrededor del Sol a la distancia justa y suficiente como para darnos calor sin
quemarnos, dándonos las estaciones y todo lo que ello conlleva y pienso… “que
no pueda comprender a Dios no significa que no exista; él o ella está más allá
de mi conocimiento y no por ello eso significa que no exista”.