Ayer una lectora me preguntaba si
la vida de un hombre vale menos que la de una mujer y por qué nadie sale a la
calle en señal de repulsa cuando es un hombre el asesinado.
Mi opinión es que la vida de un
hombre vale LO MISMO que la de una mujer. Dios nos creó a ambos, por tanto los
dos géneros son importantes para él.
Ahora bien, es cierto que cuando
escucho en la prensa que un hombre o una mujer han sido asesinados por sus
parejas mis reacciones son distintas:
-Si es la mujer la asesinada
pienso: “m…… c……, le has quitado la vida
a tu compañera”
-En cambio si es el hombre el
asesinado a manos de su mujer pienso: “seguro
fue en defensa propia, o el la sometía y ella decidió ponerle fin”.
Según lo pienso y lo escribo me
doy cuenta de que no estoy siendo nada justa con el género masculino; que hay
muchos hombres buenos y que algún día pienso tener hijos varones.
Criticadme con razón porque la
tenéis, estoy siendo totalmente injusta, yo, que estudié leyes.
Pero tened clemencia conmigo y
entended que lo que yo, y seguramente muchas mujeres como yo pensamos, es un
movimiento revolucionario que surge como respuesta a siglos de sometimiento por
parte del hombre hacia la mujer. Daos cuenta de que a lo largo de la historia
SIEMPRE del sometimiento ha surgido una respuesta agresiva y violenta del
colectivo oprimido, por ejemplo: el movimiento obrero o la revolución francesa.
Eso ocurre en la actualidad, las mujeres estamos reaccionando a siglos de
sometimiento y abuso por parte de la sociedad, sobre todo masculina. Quizá nos estamos
pasando un poco de la raya, eso tampoco lo niego. Es como si los hombres buenos
del presente estuvieran “pagando” el karma de los hombres del pasado y los
actuales.
Yo creo en un mundo justo e
igualitario para hombres y mujeres. Yo creo que existen hombres buenos. Pero
ante la duda, siempre voy a inclinar la balanza hacia mi género, siempre voy a
defender a mi género. Creo que nos lo debemos, nos lo merecemos. Eso no quita
que no investigue si lo que oigo y veo es cierto, los hombres se merecen el
beneficio de la duda y la presunción de inocencia…
En definitiva, si la muerte de un
hombre “parece”, repito “parece”, que no importa tanto como la de una mujer, no
es totalmente culpa de la sociedad, es porque nos hemos criado necesitando defender
a las mujeres. Si hubiéramos crecido necesitando defender a los hombres, seguro
que hoy yo me estaría haciendo la pregunta inversa. Pero no es así.
La sociedad actual ha necesitado
desarrollar un sexto dedo en su mano para defender a la mujer, ahora ese dedo
existe, eso no quiere decir que la sociedad odie a los hombres.