Es una buena pregunta porque
desde que somos pequeños pretendemos comprenderlo todo, darle una explicación a
todo, y los “porque sí” no nos gustan.
Me gustaría poder comprender esto; por qué desde siempre hemos querido
encontrar explicaciones a todo, y no sabemos disfrutar del misterio.
Pienso que es un efecto colateral
de nuestra inteligencia, el precio que tenemos que pagar para avanzar. Me
explico mejor. El ser humano ha avanzado tanto por nuestro afán de preguntarnos
el porqué, de investigar, de evolucionar. Esto tiene muchas ventajas; nuestros
antepasados monos se pusieron de pie, gracias a ello hemos llegado a donde
hemos llegado, hemos creado múltiples inventos para satisfacer nuestras
necesidades, hemos estudiado nuestro cuerpo por dentro y por fuera, hemos
inventados aparatos para volar como los pájaros, e incluso hemos ido más allá
de las cuatro paredes de nuestro planeta- solo por citar algunos ejemplos.
Esas son las ventajas.
Las desventajas son que como no
somos Dios, como no somos omnipotentes, no podemos conocerlo todo y comprenderlo
todo, y creedme, a mí eso también me frustra muchísimo. Me frustra no
comprender, que haya cosas fuera del alcance de mi intelecto, pero como dije es
el efecto colateral del avance y de nuestra inquietud por conocer. La clave
como siempre está en el punto intermedio: estar contentos por todo lo que hemos
llegado a comprender, y dejar de amargarnos y angustiarnos por lo que está
fuera de nuestro alcance; aceptar que hay
cosas que no podremos llegar a entender y “disfrutar del misterio”.
Gracias a mi amiga M. I. por
darme la idea sobre esta entrada😘.