miércoles, 21 de noviembre de 2018

Miedo al amor


No sé si a alguien más le pasa; si es normal tenerle miedo al amor.

Infidelidades, la dificultades de la convivencia, el perder la libertad, pero sobre todo la violencia machista, hacen que exista miedo al amor, miedo a las relaciones, a darle todo a una persona... a entregarse por completo.
Decidida a ahondar más en el tema, me puse a buscar en Internet, y este miedo tiene nombre. Se llama filofobia. La filofobia o el miedo a enamorarse es un trastorno social que hace que el individuo sienta estrés y ansiedad ante la posibilidad de una relación afectiva.

Hoy en día, tal y como están las cosas, entrar en una relación es como lanzarse de las alturas con los ojos cerrados confiando que abajo esperando habrá un colchon sobre el que amortiguar la caída, pero...¿y si no lo hay, y me estampo contra el suelo?
Creo que todos los que padecen filofobia, y probablemente yo me incluya, solo debemos esperar, esperar, esperar... esperar, que llegue alguien que elimine todos nuestros miedos, que desate todas nuestras cadenas... alguien en quien confiar.


jueves, 15 de noviembre de 2018

Afán posesorio

Amar no es poseer
Amarrar ni retener
Amar es liberar
Sin miedo a perder

Amar es preguntar
Antes de coger
Amar es soltar
Sabiendo que va a volver

Amar es no tener
Afán posesorio
Es no pretender
De ti un accesorio

El otro día hablando con una amiga, me hizo ella la siguiente pregunta en relación al tema sobre el que estábamos hablando: "¿Por qué este afán posesorio?" En las relaciones de pareja...

Yo puedo poseer por ejemplo un bolígrafo: el bolígrafo como ser inanimado y sin voluntad que es, está bajo mi total control: yo lo poseo. Si me da la gana ponerlo encima de la mesa, lo hago, si quiero prestarlo, lo hago...el boli va a hacer lo que yo quiera, que para eso es mio, y hasta que deje de escribir, lo será, y ese día lo tiraré a la basura.

Pero las parejas no son cosas, no se pueden poseer. Las relaciones humanas son mucho más complicadas; por mucho que te pongas a vivir en pareja o que incluso te cases, tu novio/novia, esposo/esposa, nunca va a ser tuy@. Ellos son de sí mismos. Como con el boli, yo no puedo decidir por mi pareja dónde se va a sentar, con quién se va a relacionar, o lo qué debe pensar, por ejemplo. Es que el boli no tiene capacidad de pensar, pero las personas sí. 

Esto es lo que mucha gente no entiende. Que sus parejas no son posesiones, y que si quieres a alguien de verdad no lo controlas porque quieres que sea feliz, y su felicidad pasa necesariamente por ser libre e independiente. No llamo libertad e independencia a que te falte completamente el respeto y a que se pase el compromiso que tenéis por el arco del triunfo. Eso no... Ese es otro tema... Yo hablo aquí de que tu pareja, por serlo, no pasa a ser algo tuyo. Me explico. Últimamente estoy notando en los adolescentes que me cuentan "tengo novio/a" de la misma forma que me comentan que se compraron unos tenis Nike. La pareja, como los tenis, es un artículo de moda, un accesorio, algo que se tiene que tener para ser guay. Eso es muy peligroso. Las personas NO se poseen. Las personas no son cosas.
Hasta donde yo sé, y sé poco, una relación es una unión de dos personas que se quieren, se llevan bien y se complementan juntos, pero no por eso dejan de ser ellos mismos. Además, a mí no me interesa que me ame un muñeco sin voluntad que vive, respira y piensa a través de mi; quiero a una persona que, aún siendo libre para elegir otras cosas decida permanecer conmigo, porque así lo desea, y no porque como el boli, se sienta obligado a hacerlo.
En la foto Céline Dion y René Angelil

miércoles, 7 de noviembre de 2018

MIS PEQUEÑAS MANÍAS

Todo el mundo tiene manías, pequeñas o grandes, estúpidas y sin importancia algunas, pero todas configuran nuestra forma de ser...
En cuanto a este tema, he notado que muchas veces no consideramos que algo que hacemos siempre, por costumbre o comodidad (manía al fin y al cabo) sea realmente una manía hasta que nos damos cuenta de que las demás personas no comparten "nuestra manía".
Yo he aprendido a no rechazar las mías porque al fin y al cabo son parte de mí y recomiendo que, siempre y cuando no limiten tu vida ni supongan un problema para ti o los demás, las aceptes.
Aquí hago una lista de las mías, cosa que me ha costado bastante, porque REPITO uno mismo no considera que lo que hace siempre sea una manía:
1. No soporto cuando mis uñas rozan el papel o la pared. Me resulta totalmente desagradable. 
2. Siempre que aparco el coche, compruebo repetidas veces que he cerrado los cristales, aunque sepa que están cerrados.
3. Si puedo evitarlo nunca entro sola en un ascensor.
4. No puedo dormir con calcetines; siempre me los acabo quitando mientras duermo.
5. Mientras conduzco suelo comprobar más de una vez que llevo las luces apagadas (si es de día) o si las llevo encendidas (si se requiere que lo estén).
6. No puedo llevar tacones si no son en botas o botines. De otra manera mis pies no lo resisten.
7. Cuando me gusta una canción "nueva" para mí, prácticamente no puedo parar de escucharla en bucle ni escuchar otra, hasta que la supero. Entonces pueden suceder dos cosas: o ya me aburro de ella para siempre, o pasa a mi zona de canciones favoritas junto con otras que tuvieron la misma suerte.
Seguro tengo alguna más, pero no me doy cuenta porque para mí es lo habitual...
¿Y tú? ¿Qué pequeñas (y estúpidas) manías tienes?