miércoles, 25 de julio de 2018

La chica de la escalera


La muy tonta creía que su pasado había quedado atrás. Que ya nada quedaba de la adolescente solitaria que pasó sus dos últimos años de instituto en la soledad de un recreo sin amigos. Ella, cuando sonaba el timbre que anunciaba el recreo, salía de clase como los demás, con todos bajaba al primer piso y para disimular que se quedaba sola (su vergüenza), se metía en el baño hasta que dejaba de oír ruidos, lo que significaba que todos se habían ido al patio, a compartir la media hora con amigos, risas, amores, enredos y peleas. Por fin podía salir de su escondite.

Subía de nuevo al segundo piso. Desayunaba y continuaba la lectura. Hasta que el recreo acabase. Allí se sentía protegida en su soledad; sin amigos ni risas ni amores, sí, pero también exenta de enredos y peleas.

Lo más difícil era disimular cuando la media hora pasaba y todo el mundo regresaba. Normalmente cerraba el libro y se ponía en pie, aparentando que había regresado la primera, que no había estado allí todo el rato. Otras veces, ni siquiera se preocupaba en disimular y seguía leyendo hasta que llegaba el profesor.

Los años han pasado. Y ella cree que por fin ha dejado atrás a esa adolescente fracasada. Que ahora es una persona distinta; madura e independiente, que ha conseguido enterrar los demonios de su pasado, esos que le decían que no importaba, que era un ser invisible, que nadie quería estar con ella, que era fea y desagradable, un ser cuya compañía les repelía a todos.
Ahora es una persona sociable y agradable, con amigos aquí y allí, encantadora, habladora y extrovertida, independiente y fuerte. O al menos eso cree…

Pero basta un momento de inseguridad para que sus demonios resuciten. Un mensaje no contestado, una invitación denegada, un rechazo, un desplante, o simplemente la imaginación… bastan para que la chica de la escalera regrese y ella se de cuenta de que nada a cambiado, quizá nada cambie nunca, sólo su forma de “sobrellevarlo”.

miércoles, 18 de julio de 2018

La confianza


¿Qué es la confianza? Primero la voy a definir con mis propias palabras, y después voy a acudir al diccionario de la RAE para obtener una definición más precisa.


Para mí la confianza es tirarse desde un precipicio a sabiendas de que en el suelo nos espera un mullido colchón sobre el que caer. Confianza es no necesitar saber, ver, ni oír para conocer. La confianza es dejarse llevar plenamente, sabiendo que te estás dejando llevar por alguien o algo que no te va a hacer ningún daño, al menos intencionalmente.

Según la RAE, la confianza es “de confiar:

1. f. Esperanza firme que se tiene de alguien o algo.

2. f. Seguridad que alguien tiene en sí mismo.

3. f. Presunción y vana opinión de sí mismo.

4. f. Ánimo, aliento, vigor para obrar.

5. f. familiaridad (‖ llaneza en el trato).

6. f. Familiaridad o libertad excesiva. U. m. en pl.

7. f. desus. Pacto o convenio hecho oculta y reservadamente entre dos o más personas, particularmente si son tratantes o del comercio”.

En mi opinión, la confianza puede dirigirse a tres entidades:

1.       Hacia otras personas. Confiamos en las personas; en que no nos traicionarán, en que no nos harán daño. Normalmente confiamos en las personas que amamos, pero también confiamos en extraños: en que el médico que nos atiende sabe lo que hace, en que el coche que nos venden funciona, en el piloto del avión donde viajamos…

2.       Hacia Dios: los que creemos en Dios, llamémoslo como lo queramos llamar, confiamos en que nos acompaña, nos protege, nos cuida. Confiamos en que haya algo después de la muerte y que ésta no es el fin.

3.       Hacia uno mismo: quizá ésta sea la confianza más importante de todas; la confianza en uno mismo. Creo que nadie en su sano juicio va a traicionarse a sí mismo, además, es la base de todo: si no confiamos en nosotros mismos, mucho menos podremos depositar la confianza en los demás.

Para mí hay 3 tipos de confianza, que yo denomino así: confianza ciega, sana y profesional. A continuación expongo cada una de ellas:

I.                     Confianza ciega. Es la confianza total; la de aquel que cree a pies juntillas todo lo que se le dice. Es muy raro que se de esta confianza, porque incluso el que cree en Dios sin necesidad de verlo, tiene alguna vez sus dudas… Creo que el único ejemplo posible de este tipo de confianza se da en los niños hacia sus padres cuando son muy muy pequeños.

II.                   Confianza sana. Es aquella que existe, en mi opinión, en las relaciones de pareja sanas e igualitarias; confían en su pareja, pero no es totalmente una confianza ciega (como la anterior) que les nuble la visión y el entendimiento.

III.                 Confianza profesional. Es la que tenemos hacia el piloto del avión en el que viajamos, en el médico que nos atiende, en la empresa farmacéutica que elaboró el medicamento que nos estamos tomando, etc. Es casi como la confianza ciega de los hijos pequeños hacia sus padres, pero porque no nos queda más remedio que confiar en un profesional que, se supone, conoce más de ciertos temas que nosotros.
Si crees que pueda existir algún otro tipo de confianza o quieres añadir algo que consideras que pasé por alto, puedes hacerlo en los comentarios ;)

miércoles, 11 de julio de 2018

Sobre la serie basada en la vida de José José


Últimamente estoy viendo la serie “José José; el Príncipe de la Canción” basada en la vida del cantante tal y como él la describe.


Como amante de la música que soy, ya conocía de la existencia de este cantante (a pesar de no ser de mi época) y de muchas de sus canciones, pero es a partir de la serie que he conocido la faceta más personal de José José: su pasión por la música, su lucha por llegar a lo alto, su adicción al alcohol, sus amoríos, etc.
Debo decir que la serie me encanta y que ahora cada vez que escucho alguna de sus canciones siento una sensación distinta, no sé cómo explicarla, pero es casi como si pudiera ponerle un contexto, como si no fuera sólo la canción sino también todo lo que está detrás de ella.
En mi opinión algunos de los puntos fuertes de la serie son:
-Que no hay nadie inocente ni culpable. Todos (Kiki, Anel hasta el propio José) son personas con rasgos buenos y con rasgos malos; no hay nadie bueno ni malo, sólo personas con sus circunstancias.
-Permite conocer a la familia de José, de los que heredó la pasión por la música.
-Se basa en lo que José contó recientemente, incluso él mismo aparece en alguna ocasión.
-Algunas de sus mejores canciones aparecen en la serie.
-Que es todo muy realista y muy convincente.
Aquí les dejo una lista de canciones suyas que adoro:
-“Preso”: mi favorita sin lugar a dudas.
-“Volcán”: esta canción siempre me hace pensar en Anel. De hecho, Anel escribió un libro titulado “Volcán apagado” donde cuenta sus años de matrimonio con José. https://www.youtube.com/watch?v=TklHpiWWjXc
-“Gavilán o Paloma”: esta canción describe muy bien, a mi parecer, la relación con Kiki.
- “La Nave del Olvido”: sólo con ese titulo no necesita más explicaciones…
-”40 y 20”, “Más”, “Almohada”, “El Triste”, etc.
También la entrada de la serie, por si queréis ver qué pinta tiene:
Si eres fan del artista lo disfrutarás, y si no lo eres pronto lo serás 😉

miércoles, 4 de julio de 2018

¿Qué hay de la separación entre buenos y malos? ¿Cielo e infierno?


Tal como prometí, voy a reflexionar sobre la separación entre buenos y malos. El cielo y el infierno.

Quizá sea porque así me lo han enseñado, pero yo SÍ creo que haya una separación entre buenos y malos al final de nuestra vida. Un lugar en donde las almas aprendan de los errores que cometieron en vida, y de los cuales no se llegaron a arrepentir. Y un lugar en el que “se premie” a los buenos.

No sé si el cielo y el infierno es un lugar temporal- hasta que aprendamos del error, en el caso del infierno; o hasta que nos reciclemos en otra vida (eso para los que creen en la reencarnación) en el caso del cielo- o si es un lugar permanente: si llegas al cielo ya has cumplido con tu meta, y te quedas ahí para disfrutar de una vida plena y de ensueño.

No sé si me estoy explicando bien (probablemente no) porque para mí este es un tema extremadamente complicado de tratar.

Otra cuestión que me surge en la cabeza es en dónde se encuentran el cielo y el infierno. En cuanto a ambos tengo un par de teorías, quizá imaginativas, quizá descabelladas.

Las expongo, y ya los que me lean deciden después si estoy loca o no 😉 y me comentan.

Creo que el cielo está en algún lugar del Universo; hay mucho espacio en ese vasto espacio, valga la redundancia.

En cuanto al infierno, creo que está aquí en La Tierra, en el núcleo de nuestro planeta. El núcleo de la tierra es extremadamente caliente e infernal. Hasta los antiguos griegos y romanos creían que Hades vivía en el inframundo que, como su nombre indica, se encontraba debajo de nuestro suelo. En inglés, una de las formas para decir infierno- aparte de “hell”- es “underworld” literalmente “mundo de abajo”; quizá por eso algunas de mis series favoritas, como Embrujadas, han representado al infierno debajo del suelo que pisamos. ¿A que ahora ya no miras de la misma forma el suelo que pisas?

Lo sé: tengo ideas muy raras. Pero el pensamiento y la imaginación son libres, ¿no? Y tampoco digo que sea así, sólo es una teoría de las tantas posibles.

Mi otra teoría es que no existen cielos ni infiernos, que todo está aquí, durante nuestra vida. Nuestra existencia puede ser un autentico infierno o un paraíso terrenal, todo depende de nuestra actitud, como enfoquemos las cosas y también, por desgracia, lo que nos toque en suerte. Quizá cuando Jesús decía que los que lo siguieran conocerían el reino de los cielos, no se estaba refiriendo “al después” si no a que nuestra vida podría ser feliz como un reino celestial si poníamos en práctica sus ideas de misericordia, paz, justicia y bondad. Quizá no haya que esperar a partir.

De todas formas, para mí es más bonito pensar que el cielo existe, en algún lugar de ese vasto Universo, y que ahí van las almas buenas a vivir en plenitud. Aunque ahí llego a otro debate. ¿Qué es la plenitud? ¿Cómo va a existir un paraíso para todos, si lo que para mí puede ser un paraíso para otra persona puede no serlo? ¿Qué es el Paraíso? ¿Y qué es el infierno? No quiero que esta entrada se haga más extensa. La próxima semana responderé a esa cuestión.