miércoles, 11 de octubre de 2017

La tolerancia

En la entrada de hoy aprovecho que estoy en compañía de una persona culta; una amiga sabia que hoy me va a aportar su opinión sobre el tema en cuestión.
El Diccionario de la Real Academia Española define la tolerancia como: "Acción y efecto de tolerar. Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias".
En opinión de mi acompañante, como no sabes el camino que la otra persona está transitando, no debes juzgarlo, porque no tienes todos los datos para saber por qué actuó como lo hizo, y aunque tú creas que en esa situación en concreto no actuarías del mismo modo, no está garantizado que en el futuro no lo hagas así, en el caso de que te tocara vivir la misma situación, porque las circunstancias son cambiantes, y lo que piensas hoy no tiene por qué ser lo que vas a pensar mañana. 
Visto así, quizá la tolerancia esté estrechamente vinculada con la empatía, pues para ser tolerantes debemos primero intentar (al menos) identificarnos mental y afectivamente con el estado de ánimo del otro.
¡Casi nada!

Muchas veces pecamos de orgullosos porque creemos que nuestro camino es el único, y para colmo el mejor, y no nos damos cuenta de que cada uno tiene su mejor camino y todos son válidos, porque todos nos van a llevar AL CAMINO. 
Como no sabemos lo que cada uno lleva en su interior: vivencias, experiencias, caracteres, traumas, costumbres, y un gran etcétera; ¿quiénes somos nosotros para juzgar a nadie?
En opinión de mi acompañante, la sociedad no es intolerante pero algunos de los individuos que la componen sí lo son. Según ella, la intolerancia puntual con la que nos podamos encontrar, no es producto de la maldad sino de la ignorancia. Todos alguna vez hemos pecado de eso. Quizá sea que no todos hemos evolucionado al miso ritmo. Aquellos más evolucionados son más tolerantes, más empáticos, como si estuvieran a un nivel superior, más trascendente quizá... pero esto da para hablar en otra entrada.
En mi opinión, quizá no tan benevolente como la de mi acompañante, sí que hay intolerancia en todos y en todas partes, consciente o inconscientemente, a pequeña o mediana escala, a veces tan pequeña  que parece inexistente, y otras tan grande que es imposible de ocultar. La intolerancia es la base de casi todos, si no todos, los problemas actuales. "El que no está conmigo está contra mí". "Si hay algo que no entiendo, no lo acepto, ni lo tolero, ni me preocupo por entenderlo". "No me pongo en el lugar de esa persona, ¡que se ponga ella en el mio!". Ante dos puntos de vista, siempre pensamos que el nuestro es el correcto, que para eso es el que conocemos. Es más fácil permanecer en la zona de confort, que abrirnos a nuevas ideas.
Lo cierto es, y en eso estamos de acuerdo, que cada uno recorre su propio camino, y lo hace de la mejor manera que conoce. Quizás los otros no entiendan nuestro camino, pero para nosotros es el mejor posible. La clave está en reconocer la diferencia y aceptarla.


 

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