miércoles, 18 de octubre de 2017

LA REENCARNACIÓN

Soy católica, pero siempre estoy abierta a escuchar y me gusta debatir.
La semana pasada charlaba con una persona a la que aprecio mucho acerca de la reencarnación y hoy quería hablar también sobre esto.
Los católicos creemos en la vida después de la muerte. Lo que ella piensa y defiende no es muy diferente. Ella cree que hay vida después de la muerte, sí, pero en otro cuerpo.
Me lo expuso así; no son exactamente sus palabras pero sí como yo la entendí (espero transmitirlo bien). Somos energía y venimos al mundo dentro de un cuerpo cualquiera. El cuerpo sólo es "el caparazón". El cuerpo envejece y muere pero nuestra energía no (eso que los cristianos llamamos alma). Esa energía se traslada a otro ser y empezamos de nuevo, olvidando nuestra vida anterior, porque si la recordásemos esto nos influenciaría negativamente. Imaginemos que en otra vida nos asesinaron, y que esa persona es ahora nuestro vecino, si lo supiéramos odiaríamos a esa persona (o al menos no la querríamos mucho) y no podríamos perdonarla, que es para lo que hemos coincidido otra vez con ella, para perdonar y soltar.
Así, cada uno de nosotros viene al mundo con un destino escrito y con una misión; es triste pensar que una persona deba cumplir un destino trágico, pero es lo que le tocaba, ¿es triste? sí, ¿lo hace más fácil? no, pero el consuelo de saber que eso era lo que esa persona debía hacer, al menos nos alivia un
poco, además de que tenemos la esperanza de que en otro tiempo, en otro lugar y con otro cuerpo nos volvamos a encontrar.
Según esta teoría hay personas más evolucionadas que otras; esto no significa que haya personas mejores ni peores. Esto significa que unas personas han reencarnado más veces, habiendo así mejorado y aprendido de los errores cometidos en sus vidas pasadas y por eso, como decía, están más evolucionadas. Otras están empezando y, por lo tanto, les queda mucho por aprender. 
No hay principio ni fin, lo que hay es continuidad, hoy estamos aquí y somos quienes somos y estamos rodeados de las personas que nos tocaron, y mañana seremos otros. 
No debemos tenerle miedo a la muerte, porque es sólo un paso para la renovación, cuál ave fénix resurgiendo de sus cenizas. Y no debemos llorar al que se fue porque lo volveremos a ver, en otro tiempo, en otro cuerpo; no lo reconoceremos, pero al mirarlo a los ojos pensaremos: ¡Pareciera que lo/la conozco de toda la vida!
Espero que os haya gustado la teoría que os trasmito y si tenéis otra os animo a compartirla en los comentarios 👇

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